En los días fríos, es normal preferir estar dentro de casa, abrigados y cómodos. Sin embargo, cuando debemos salir, es importante saber cómo vestirse correctamente para mantenernos calientes. Aquí te diremos cómo vestirte adecuadamente en invierno y algunos consejos para evitar pasar frío.

¿Qué partes del cuerpo necesitan más protección contra el frío del invierno?

Para entender qué tipo de protección es necesaria y qué ropa es más adecuada, es útil examinar cómo nuestro cuerpo cambia bajo la influencia de las bajas temperaturas. Para proteger las funciones corporales importantes, se requiere gastar más energía. Por lo tanto, es importante prestar atención a las siguientes partes del cuerpo:

La piel: para mantener el cuerpo caliente, los vasos sanguíneos se contraen, especialmente en las capas superiores de la piel. Como resultado, el corazón tiene que trabajar más duro para mantener el flujo sanguíneo y el suministro de oxígeno a las células. Además, el frío reduce o detiene completamente la producción de sebo. Esto priva a la piel de su capa protectora natural. Como la sangre también transporta calor, usar ropa adecuada puede evitar el enfriamiento.

Las extremidades: los brazos y las piernas, especialmente las manos y los dedos, los pies y los dedos de los pies, tienen una gran superficie de piel y una densa red de vasos sanguíneos. Al mismo tiempo, están más alejados del corazón. Cuando hace frío, estas áreas reciben menos flujo sanguíneo y se enfrían más, en beneficio de otras partes del cuerpo. Por esta razón, es importante usar calcetines, zapatos y guantes cálidos.

La cabeza: con o sin cabello protector, el cuerpo humano también pierde parte de su calor corporal a través de la cabeza. Aquí se encuentran muchos órganos importantes en un espacio reducido (boca, nariz, oídos, ojos), sin mencionar el cerebro. Por esta razón, esta parte del cuerpo está especialmente bien irrigada. La piel relativamente delgada de la cara solo protege parcialmente contra la pérdida de calor. En general, somos más sensibles a la temperatura en esta área. Gorros, orejeras, capuchas, bufandas o bandas para la cabeza, hay muchas opciones para mantener la cabeza caliente.

Pulmones y vías respiratorias: en invierno, se respira aire frío en el exterior, lo que puede irritar las bronquias y ejercer más presión sobre los pulmones. En el interior, el aire seco del sistema de calefacción daña la nariz y las vías respiratorias. Las membranas mucosas se secan más fácilmente y se vuelven más vulnerables a los agentes patógenos. Una bufanda o un cuello levantado frente al cuello y la boca pueden ayudar a calentar un poco el aire al respirar.

Aplica el principio de la cebolla

En invierno, el método de vestirse en capas, conocido como el principio de la cebolla, ha demostrado ser efectivo. Al superponer varias capas finas de ropa, te mantienes especialmente abrigado. De esta manera, puedes adaptar tu vestimenta de manera muy flexible según la situación. Cada una de las capas tiene una función específica.

Capa base

Es importante que la primera capa esté en contacto directo con la piel. Aquí es importante que los materiales sean transpirables y puedan eliminar la humedad hacia el exterior. Para una óptima transpiración, esta capa debe estar lo más cerca posible del cuerpo. El algodón no es tan adecuado. En su lugar, diferentes textiles funcionales hechos de fibras sintéticas o lana pueden ofrecer sus beneficios.

La capa térmica

La siguiente capa tiene la misión de proteger tu cuerpo del frío. Los materiales con pequeñas cámaras de aire retienen el calor natural del cuerpo y actúan como un cojín aislante. Un suéter de lana o una chaqueta de polar son adecuados para esto. Para aquellos que necesitan un poco más de calor, pueden usar varias capas para la capa térmica. Además, se puede usar un chaleco calefactor para maximizar las posibilidades de no sentir frío. Un chaleco calefactor funciona como una calefacción y proporciona una temperatura de hasta 65 grados en su máxima potencia al cuerpo. Esto es muy útil cuando tienes que enfrentar el frío durante muchas horas.

La capa exterior

La capa exterior te protege de las inclemencias directas como el viento o la humedad exterior. Algunas chaquetas están además forradas, por ejemplo con plumón o relleno de poliéster, y proporcionan calor adicional. Si las capas inferiores ya te mantienen suficientemente abrigado, generalmente una chaqueta delgada es suficiente como capa exterior. Un corte amplio permite crear una capa de aire adicional en la que se puede almacenar el calor corporal. Es importante utilizar materiales transpirables para que la humedad pueda ser evacuada eficientemente hacia el exterior. De lo contrario, corres el riesgo de sentir frío en poco tiempo si llevas ropa húmeda. Fuente de imágenes: pexels.com.